Los ciudadanos del País Vasco se muestran cada vez más críticos, más restrictivos y menos tolerantes con los inmigrantes, según el último informe anual realizado por el Observatorio Vasco de Inmigración, Ikuspegi.
Uno de los aspectos que ha empeorado considerablemente en sólo un año es la percepción de que la presencia de extranjeros es un factor generador de delincuencia: un 61,4% de la población está convencido de que la inmigración afecta negativamente a la seguridad ciudadana, diez puntos más que en 2009.
La encuesta se ha confeccionado en base a 1.200 encuestas domiciliarias realizadas en mayo en 29 municipios (6 alaveses, 11 guipuzcoanos y 12 vizcaínos). De entrada, los vascos consultados «no viven la inmigración como un problema», aunque esta sensación está cambiando: mientras hace dos años apenas el 7% de la muestra veía la llegada de extranjeros como una fuente de conflicto, ahora es ya un 15% el porcentaje que lo sitúa entre sus principales preocupaciones.
Un 42% está convencido de que pagan menos impuestos y otro 55% que generan inseguridad y delincuencia.
En el caso del acceso a las viviendas de VPO, casi el 60% cree que deberían concederse a personas con permiso de residencia y un 20%, a ningún inmigrante
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