Mejorar el conocimiento por parte del pediatra de Atención Primaria acerca del diagnóstico, tratamiento y prevención de enfermedades importadas, que son aquellas adquiridas en un país donde son frecuentes pero que se manifiestan en otro donde no existen o son infrecuentes, ha sido la propuesta de la mesa redonda plenaria sobre “Enfermedades importadas”, que se ha celebrado en el marco del XXIV Congreso Nacional de SEPEAP, los días 14 al 17 de octubre.
Según el Dr. Martín Castillo de Vera, pediatra de Gran Canaria, “debemos incluir estas enfermedades dentro de nuestras posibilidades diagnósticas teniendo en cuenta la información epidemiológica de los niños”.
Enfermedades importadas por los niños inmigrantes en nuestro país
Dentro de las enfermedades infecciosas, el primer lugar en número estaría ocupado por las parasitosis, y dentro de este grupo, destacarían sobre todo las intestinales. A una considerable distancia de estas se encontrarían las hepatitis víricas. Los casos de malaria importada se han incrementado en los últimos años. “La tuberculosis merece especial atención por su importancia clínica y su asociación con las condiciones de pobreza y hacinamiento en el que en muchas ocasiones viven estos niños”, apunta el pediatra.
Entre las enfermedades no infecciosas, caben destacar el hipotiroidismo, los trastornos nutritivos carenciales como el raquitismo (en muchas ocasiones asociado a la falta de exposición solar), las caries por malas pautas de alimentación e higiene, o distintos procesos hematológicos como la anemia de células falciformes, muy asociados a las personas procedentes de áreas geográficas donde está presente la malaria, pues confieren cierta protección frente a la misma.
Consultas en pediatría de Atención Primaria
Aunque no existen datos globales sobre las consultas de pediatría de AP relacionadas con las enfermedades importadas, “es importante que tengamos presente que estas enfermedades son más frecuentes de lo que se podría pensar inicialmente”, añade el Dr. Castillo de Vera.
La valoración inicial dentro del programa de salud infantil de niños inmigrantes o adoptados en otros países es fundamental para detectar estas enfermedades “si bien no debemos olvidar que determinadas enfermedades se van a poder manifestar clínicamente mucho tiempo después y por eso no podemos olvidarnos de ellas”.
Cuando los españoles emigraban a Alemania o Suiza en los años 60, tenían que pasar un exhaustivo reconocimiento médico nada más salir de la frontera española y luego otro al entrar al país receptor (bajo advertencia de no entrar si presentaban alguna enfermedad contagiosa). ¿Que vemos en esta noticia? Pues que las Alemania y Suiza de los años 60 eran países serios con políticas responsables, mientras que España es lo opuesto.
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